Consiste en la aplicación de sanitizantes o desinfectantes clínico – industriales con capacidades antimicrobianas que se aplican a los objetos no vivos para destruir microorganismos.
Estos productos con efecto desodorante y detergente presentan alta efectividad en el control de microorganismos asociados a enfermedades de alta incidencia, tales como: Virus: HIV-1 (SIDA), Adenovirus tipo IV, Influenza, Reovirus, Herpes Simplex tipo I y II, etc.
Los desinfectantes son asperjados sobre lavamanos, duchas, inodoros, tazas, urinarios, camarines, pisos y paredes de cubículos de baños y camarines. Así como en paredes, mesas, mesones, lavaplatos, despensas, cocinas, desagües, basureros y pisos de cocinas. Además, los elementos de protección personal son objeto de sanitización generando una importante eficiencia en las empresas colaboradoras que prestan servicios en las mantenciones periódicas que son objeto las mineras.